Emprendigente

¿Que tienen en común un emprendedor y un indigente?
La incertidumbre en sus vidas.
Algunos emprenden viajes, otros deciden emprender negocios y yo ¡quiero ambas!
Esto es un poco sobre mi y mi historia como emprendigente.

Antes de iniciar el artículo, quiero que sepas que la palabra emprendigente no viene por creación mía, hace años escuché la historia de un emprendedor en una de las clases de BiiaLab. Donde hablaba sobre su historia como fundador de varios proyectos, yo pienso lo sieguiente.
¿Porqué emprendigente? Las personas siempre quieren venderte que si inicias un negocio pronto y emprendes te harás rico de la noche a la mañana, nada más falso que eso y acá te cuento mi versión:
 A los 11 años de edad tuve mi "primer trabajo", fue nada mas y nada menos que personalizando sonido de carros en casa de mi abuela, era y es algo que me encanta (cuando se presenta la oportunidad lo hago, disfruto y hago dinero) lo hacia constantemente con mi primo, el tenia un mini-taller en casa y eramos muy populares por el trabajo que ahí hacíamos, fue hasta los quince años que decidí trabajar esa interesante labor de forma un poco más independiente y terminé en mundo muy agitado, casi vivíamos en eventos, piques, tunning´s, eso me permitió conocer varios estados de Venezuela, de hecho un amigo mio (al que yo le instalaba) fue campeón nacional 5 años seguidos con su carro que se le hacia llamar "la anestesia"

Bueno, eso es una de las fotos, si quieres ver mas pincha aquí. Mi camino continuó y seguí aceptando retos, cabe resaltar que a los 18 años tomé la decisión de irme de casa y tener la experiencia de morar lejos de ella y aunque no había terminado mis estudios de bachillerato eso no me impidió irme a vivir dos años a Chichiriviche, lugar donde también adquirí mas conocimientos en los negocios y perdí unos cuantos miedos, me sentía feliz e imparable al estar viviendo esa experiencia, estaba residenciado en los apartamentos de mis para ese entonces jefes, los cuales por cierto conocí por el mundo de la música ya que fueron nuestros clientes.

Pude degustar las mejores bebidas, tragos, comidas y coleccionar un montón de experiencias durante ese tiempo allá, también hice contactos y negocios con alquileres de casa, hoteles, posadas, viajes a las islas y por promover muchas ventas de personas que tenían establecimientos de ropa playera, lentes y demás. De hecho de vez en cuando hago algún dinerito ya que puedo conseguir buenos precios en posadas y viajes a las islas con seguridad y un buen servicio, si tú te quieres divertir y pasarla bien puedes enviarme un mensaje acá.

Por cierto allá me dedicaba a las ventas y la atención al publico en la licorería caña clara y tambor.

Hasta que llegó el momento de regresar a mi tierra natal, estando de vuelta decidí retomar mis estudios y mi vida de técnico instalador de sonido, solo que para ese entonces ya no era lo mismo, no me entusiasmaba tanto el hecho de verlo como un trabajo sentía que quería más. Tuve mi hijo a los 19 años casi 20 y eso me hizo querer tener un poco más de estabilidad.

Entonces empecé a leer sobre negocios y emprendimiento, en el 2014 eso era visto muy tabú para mi círculo cercano, sin embargo para mi no lo era, mi ser siempre me dijo desde pequeño que era un explorador, que no debía renunciar a eso que mi ser me decía, dejé de buscar trabajos comunues, buscaba los mas remunerados y cada que entraba en uno de ellos intentaba innovar, aportar valor, cosas que ayudaran al crecimiento, pero era visto como un loco, la gente decía que desde mi puesto de obrero no aportaba algo relevante, por no tener un título o experiencia, no lo tomaban en cuenta. Yo ansiaba demostrar que si sabía lo que hacía, fue entonces cuándo me desprendí de los lugares en los que trabajaba. Incluso dejé atrás el mundo DJ, que era algo que hacía a la par de mis trabajos, yo quería más.

Entonces vendo muchas cosas valiosas y apreciadas para montar un negocio propio.

No era tan grande pero yo tenía en mente las ideas de inversión para hacerlo escalable.

Compré las cosas que necesitaba, una mesa, sillas, mercancía para vender (dulces) un teléfono celular de gama baja para el alquiler de llamadas y en ese momento vi que mi inversión no cubría la totalidad de mi idea, me faltaba capital. Así que me puse manos a la obra y busqué un socio para terminar de cubrir los elementos que faltaban. Compramos ahora, sacos de naranja, bultos de azucar, exprimidor y los vasos que usariamos y entonces por fín pudimos montar un puesto de ventas de jugos naturales, llamadas telefónicas y dulces. Mi ciudad es calurosa, así que era una buena idea, sabíamos que había competencia pero yo estaba seguro de que tendríamos éxito, mi experiencia viviendo en Chichiriviche había dejado sus frutos. Había mejorado mis habilidades cómo vendedor.

Quisiera postear una foto de aquel lugar pero las perdí. 

Al principio las ventas fueron duras, eramos los más caros de la zona, y nuestro vaso comparado con el de la competencia era pequeño. Pasados los días las ventas subieron y nuestra diferenciación era magnífica, había creado un sistema y una comodidad increíble (esa historia se las cuento en otro artículo). Con el tiempo se presentó una situación difícil, la madre de mi hijo cayó muy enferma y se tuvo que mudar a casa de su madre (Maracaibo -Zulia) cosa que me mantuvo preocupado y a los días terminaría dejando el negocio en manos de mi socio para irme a darle apoyo.

Curiosamente, pasaron las semanas y mi negocio no había pagado nada, corrí al teléfono y llamé a mi socio ¿todo está bien?

Su respuesta fue abrumadora, las ventas "habían bajado" y por no estar operativo tomó la decisión de que yo no debía cobrar nada. Me enfadé, pero como sabía que no regresaría en cierto tiempo a la ciudad, decidí que lo mejor sería venderle mi parte del negocio y salir de esa mala sociedad.

En maracaibo me tocó hacer pequeños trabajos para sobrevivir y no estar inactivo, perdí mi capital, se habrían tardado en pagarme mi parte de mi antiguo negocio, los pagos fraccionados me hicieron quedar sin nada. Tuve que volver a la vida de empleado mientras se me ocurria algo, empecé a hacer trabajos como freelancer, limpiando casas, instalando sonido, revendiendo cosas, etc.

llegó el 2015 e inicié la Universidad y empecé a cambiar mi mente y mis metas. Pensé en administración de empresas y en efecto fue la carrera que tomé, lamentablemente la Universidad se fue a paro y me dije "Puedo iniciar negocios sin tener un título" ya me lo había demostrado. Sin embargo, no tenía la confianza suficiente para ofrecer algún servicio como el de consultoría. A finales de ese año (noviembre) inicié un trabajo con el gobierno, se trataba de la remodelación de casas y el embellecimiento de las casas de un sector llamado "Urb. Francisco de Miranda" ubicada en coro, recuerdo que el día de mi entrevista ya no había cupos para el trabajo, pero una persona dijo: "Se ve que tiene ganas y actitud, yo quiero que trabaje en mi equipo" dijo un maestro de obras, así que me dieron el trabajo (Si lees esto rafa, gracias). 

Pasó el tiempo, llegó al fin el 2016 y durante la primeras semanas me separé de la madre de mi hijo.

Luego las primeras semanas de febrero y no nos habían pagado el trabajo hecho con el gobierno, estaba abrumado.

Había ido perdiendo poco a poco cosas en mi vida y me sentía terriblemente mal. Creo que llegué a estar en estado depresivo.

Ya hable de eso acá: Soy Joven

A finales de ese año me transforme y empecé a ver la vida diferente, acepté el reto de la vida y en el 2017 estaba en distintos trabajos con tres cosas en mente:

Un negocio, regresar a la Universidad y ser independiente.

A finales de 2017 regresé a la Universidad y en el 2018 inicié un emprendimiento que puedes chequear aquí: Monarca Marketing

Y finalmente en el 2019 te digo: Ser emprendedor demanda mucho de ti y estás son algunas de esas cosas: Espíritu, mente fuerte, pasión, fe, confianza, estrategia, amor, relaciones de calidad y firmeza.

Pero por sobre todo, sacrificio. Para mi no ha sido fácil. He tenido hambre, el corazón roto, el bolsillo vacío y en ocasiones ningún lugar donde llegar, sólo los brazos de Dios. 

Nos leemos en emprendigente parte 2.

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